“Retorno del espíritu a la vida corporal. La reencarnación puede tener lugar inmediatamente(1) después de la muerte, o pasado un lapso de tiempo más o menos largo, durante el cual el Espíritu está errante(2); y puede reencarnarse en la Tierra o en otras esferas(3), pero siempre en un cuerpo humano, y no en el de un animal. La reencarnación es progresiva o estacionaria; nunca retrógrada. En las nuevas existencias corporales, el Espíritu puede descender en posición social, pero no como Espíritu; lo que equivale a decir que de señor puede descender a servidor, de príncipe a obrero manual, de rico a pordiosero, lo que no impide que siga progresando en ciencia y en moralidad(4). De este modo, el perverso puede convertirse en santo, pero no el santo en hombre perverso.

“Los Espíritus imperfectos, que están todavía bajo la influencia de la materia, no siempre tienen ideas claras(5) y concretas sobre la reencarnación, y el modo como se explican se resiente de su ignorancia y de sus prejuicios terrestres, poco más o menos como sucedería con un patán(6) a quién se preguntara si era la Tierra la que giraba en torno del sol o éste en torno de la Tierra. No tienen de sus existencias anteriores sino un confuso recuerdo, y el porvenir está para ellos vacuo(7). El recuerdo de las existencias pasadas se va elucidando a medida que el Espíritu progresa. Algunos Espíritus hablan todavía de las esferas concéntricas que rodean la Tierra y en las que el Espíritu se eleva gradualmente hasta llegar al séptimo cielo, que es, para ellos, el apogeo de la perfección. Pero, en medio mismo de la diversidad de expresiones y de la rareza de las figuras, una observación atenta permite fácilmente descubrir un pensamiento dominante: el de las pruebas sucesivas porque ha de pasar el Espíritu y el de los diversos grados que ha de alcanzar para obtener la perfección(8) y la suprema felicidad. Frecuentemente las cosas nos parecen contradictorias por no haberlas sondado a fondo.”

Allan Kardec; “Instrucción práctica sobre las manifestaciones espiritistas”, (“Vocabulario espiritista”). ◙

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Notas del CBCE.-

(1).- Es muy raro, aunque no imposible, que la reencarnación se produzca inmediatamente después de la muerte. Generalmente pasa un lapso de tiempo, más o menos prolongado (de días a siglos), antes de que el Espíritu vuelva a encarnar.

(2).- La Erraticidad, para Allan Kardec, es el estado de los Espíritus entre dos encarnaciones.

(3).- Lo más habitual es reencarnar en el mismo mundo, hasta que el Espíritu ha aprendido todo lo que la estancia en ese lugar pueda ofrecerle.

(4).- Todo el cúmulo de experiencias adquirido, sea cual fuere el orden de su estado o de su posición social, permanecerá para siempre en el espíritu, conformando su patrimonio real.

(5).- No es fácil tener las ideas claras después de desencarnar, ya que todos los Espíritus pasan por un período de turbación más o menos prolongado (ver al respecto “El Libro de los Espíritus”, núm. 163 a 165). Por lo tanto no es aceptable la idea de que por el mero hecho de desencarnar, el Espíritu tiene una comprensión completa de su situación y un entendimiento total de la realidad y de todo el conocimiento.

(6).- Hombre grosero o tosco.

(7).- Vacío, falto de contenido.

(8).- Esta perfección siempre será relativa al grado de evolución; pero, nunca llegará a ser absoluta ya que la perfección absoluta es Dios.