No puede determinarse el número de encarnaciones que el Espíritu necesitará vivir. En todo caso, siempre será un número muy elevado. Además, ese número dependerá del grado de interés del Espíritu en su aprendizaje; es idéntico a los alumnos de una misma escuela: unos acabarán los estudios sin repetir curso o asignaturas, mientras que otros necesitarán muchas más oportunidades para superar ese aprendizaje.

Por lo tanto, nadie puede asegurar que tendremos tantas o cuantas encarnaciones en este planeta; tendremos las necesarias. ◙